Mi trabajo explora cuestiones de la interdependencia:

la figura con la tierra, el individuo con la cultura,

el cuerpo con la biología, la ilusión pictórica con materiales

 

Corey Corcoran ha logrado sintetizar el arte contemporáneo con lo primitivo a través de materiales diversos y atípicos, como los colores oxidados de los pigmentos que ha guardado por años. Todo su trabajo se construye a través de una variedad infinita de técnicas, materiales e influencias; está desde el arte popular hasta lo verdaderamente nativo. Sus obras cuentan con patrones y motivos, así como elementos figurativos y están llenas de colores cálidos que se complementan a menudo con textiles u otros elementos agregados a la superficie, convirtiéndole en amo del collage.

Es un coleccionista empedernido. Atesora discos extraños que encuentra en la basura, fotografías viejas de su familia y retratos de la ciudad donde nació. A través de la pintura y el dibujo descubre elementos adicionales que modifican el sentido de las imágenes. Todos sus elementos visuales persiguen un objetivo específico: a través del color, los patrones y la textura, alude a las fuerzas culturales y biológicas impregnados a la memoria del paso del tiempo, tal como sucede en sus viejos discos y fotografías.

Su consciencia estética de desenvuelve en un tipo de radiografía de los órganos vitales, vegetales y animales. Hay aquí una pizca de caos: los cuerpos parecen enfermos o a punto de ser destruidos por una extraña fuerza mortal. Las entrañas de estos organismos se derraman y su estilo nos muestra la la vida: no es sólo una cosa que pasa por su propia cuenta, es el efecto de un proceso extremadamente largo y complicado de la reproducción, la generación, renovación, residuos y decadencia. En sus cuadros está el sentimiento de enfermedad, de parecerse a un gigante con mal funcionamiento. Están la carne y las vísceras, plantas y cuerpos.

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M/M (Paris)

25/01/2011

Mathias Augustyniak y Michael Amzalag se conocieron, como muchas de las duplas de creadores, mientras realizaban sus estudios superiores. Al terminar la escuela, ninguno de ellos estaba interesado en trabajar para una gran compañía de diseño. M/M se inició como un proyecto de dos que comenzaron haciendo portadas para discos y pronto se extendieron al arte y la moda.

Colaboraciones en dirección de arte para Björk, Benjamin Biolay y Mew se encuentran en su portafolio. Vertidos hacia la fotografía, muchos de los trabajos M/M se condensan en la técnica del handpainting, donde expresivos diseños son agregados después de la impresión de un cartel o una fotografía convirtiéndose en una mezcla de técnicas, colores y tendencias.

El diseño de M/M es explosivo y aunque se han dedicado casi por completo a la moda, tienen un acercamiento distinto al diseño que el que poseen muchos estudios que sirven a la escena. Los M’s son conocidos diseños donde a menudo el dibujo se integra a la fotografía. El alfabeto (2001) y El Alphamen (2003), fueron dos proyectos basados en la creación de la tipografía de los retratos de modelos, son expertos en carteles que se desbordan de los marcos y no respetan el formato ortodoxo. Su trabajo aparece en las colecciones públicas de la Biblioteca Nacional de Francia, en el Design Museum y el Tate de Londres, el Museum of Contemporary Art de Miami y el Stedelijk Museum en Amsterdam.

La idea de superar los límites describe todo lo que hacen. Inicialmente fueron empleados por los diseñadores en el extremo radical del espectro, tales como Martine Sitbon y Yohji Yamamoto, pero más recientemente M/M han sido captados por los principales actores de la industria de la moda como Vogue y Calvin Klein. Sin embargo, la brecha que existe entre lo comercial y el diseño poco ortodoxo no ha desaparecido del todo para este par.  La corriente no los ha arrastrado a moderar sus planteamientos y a pesar de que adopten los estilos de las marcas de moda, nunca lo dejan solo así. Están jugando un juego constante donde sus diseños se superponen, uno encima de otro sin ceder ni una sola vez a la complacencia o al cliché.

 

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Quizá las noticias que nos llegan sobre las manifestaciones artísticas ocurridas en el continente africano sean pocas porque, en realidad, no es un territorio vertiginoso como los corazones cosmopolitas que poseen las grandes ciudades del mundo. El arte en las sabanas es diferente y apela a la inclusión a través de la exaltación de la identidad. El arte de la (casi) negra África puede ser uno de los más desconocidos, pero también de los más propositivos.

Toyin Odutola es una mujer nacida en Nigeria, el país más poblado del continente africano. Utiliza materiales muy básicos (en 2010 decimos “rudimentarios”): papel y bolígrafo. En sus trazos están capturadas las esencias de las etnias africanas; este es un verdadero arte identitario. La piel es el elemento común; su proceso comienza cuando observa la geografía de una tez y todas las marcas que componen un rostro (todos son únicos). Hay tonalidades, pero todo está basado en la dualidad: negro y blanco en la misma piel.

tobia.tumblr.com

 

María Eugenia Akel* tiene un especial talento para crear obras oníricas (y en el sentido más amplio de la palabra). Están formadas por retazos de esto y de aquello, pedazos de realidad expresados en fragmentos de periódicos y fotografías más un toque de falsedad envuelto en un velo blanco. Como en los sueños, nada se puede distinguir bien, no se sabe dónde empieza una cosa y donde acaba la otra; como en un sueño, esto está hecho de distintos materiales.

Decir que Maria Eugenia Akel es una pintora, sería limitar el concepto. Ella es una artista de la técnica mixta y experta en la representación. En sus cuadros el espectador se encuentra en un mundo de mil interpretaciones conducido por texturas, pigmentos y un esquema específico de uso del color.

En los cuadros de esta mujer no existen literalidades, todo está determinado por las abstracciones y la ausencia de fronteras. Aquí hay una fusión de realidad con imaginación donde las técnicas de impresión se combinan con la intervención de técnicas puramente pictóricas.

Este es el ejemplo perfecto de que el arte es un engendro de mil caras, como esos de los que a veces aparecen en los sueños.

*Artista visual, arquitecta por la Universidad de Chile, conduce talleres de pintura en su natal Chile y en el extranjero entre los cuales se encuentra el curso de Pintura experimental de la Escuela de Arte Pentiment, Hamburgo, Alemania.

www.mariaeugeniaakel.cl

Javier Arjona

08/04/2010

(Dos personas. Una quiere saber sobre el artista y su obra. La otra es el artista, que habla sobre su obra. Una charla que inicia como ha terminado: “casi cualquier cosa puede convertirse en un escaparate.”)

Nació en Oaxaca y ahora estudia y vive en Veracruz. Ambos son territorios que se alejan y experimentan tendencias distintas del arte que puede hacerse en otras partes de México. Estudiaba medicina pero decidió dejar esta profesión para dedicarse a las artes visuales y “la libertad que se encuentra en la creación” a través de los trazos y la expresión del color.

El dibujo siempre lo ha acompañado pero lleva poco tiempo realizando trabajos artísticos de manera rigurosa. En 2008 encontró en su camino la influencia de René Almanza y del colectivo artístico Arte Cocodrilo pero también integra a Lucian Freud, James Ensor, Francis Bacon y el Lowbrow como inspiración de su obra.

Recursos fotográficos, animación, pintura y herramientas tecnológicas le han dado lo que necesita para trabajar; sin embargo, siempre intenta ser coherente con la pieza. En el camino de la creación “se llega a saber muy bien qué tipo de técnica produce qué resultados” y por eso la intención de su obra define la solución técnica que elegirá.

Javier Arjona, dibuja en su mente, luego aquella imagen mental es condensada en palabras para después, convertir ese lenguaje escrito en un cuadro o una ilustración.

Cree firmemente en la recuperación de espacios públicos como una forma de “incluir a las personas y acercarlas al arte” porque la calle, ofrece otras posibilidades.

Pertenece también al colectivo Cefalópodo con el que planea una intervención en las calles de Xalapa, Veracruz donde sea la obra un objeto modificado y no sólo observado, como podría suceder en un museo.

Se define a sí mismo como un artista posmoderno “que a veces deja de creer en la pintura” en búsqueda permanente por un estilo dentro de un momento donde “el concepto de arte ha cambiado radicalmente”.

Con piezas que “toman en cuenta el contexto regional” ha expuesto en Oaxaca, Veracruz, Miami y Nueva York. Sus planes: una nueva exposición individual y la expansión de sus piezas en el extranjero. Planes que requieren vitrinas y promoción, pero como él afirma: “casi cualquier cosa puede convertirse en un escaparate.”

javarjona.blogspot.com

Emma Mount

11/03/2010

Retratar nunca es fácil y menos si se hace con cierta conciencia de la técnicas clásicas del arte, los arquetipos y los iconos culturales. Caer en un cliché, eso es fácil. Pero Emma Mount logra crear trabajos de temas básicos que resultan, por alguna razón, sumamente interesantes.

Casi siempre trabaja con óleo pero a veces lo hace sobre papel e introduce algunas aplicaciones. Desde que comenzó su carrera, se ha inspirado en los patrones que configuran «lo americano y lo femenino»: estrellas y personajes de cine, cantantes, actrices de cabaret, la tendencia de los años 80 y la remembranza de los 50.

Su inspiración básica la encontró cuando era más joven. Ahora tiene 37 pero recuerda cómo la bipolar década de los 80, el glamour de David Bowie o Debbie Harry de Blondie y las revistas para teenagers le parecían tan atractivas.

En el color de sus cuadros, han quedado retratadas referencias cínicas a los cuentos contemporáneos, la cinematografía, las estrellas de la música o el celuloide, los paisajes, la sensualidad y el horror sintético que determinan los símbolos de cierta cultura occidental.

www.emmamountart.com